Gracias a ese tesoro que es pertenecer a una extensísima
familia unida llega a mis oídos la existencia de un producto diferente y, lo
que es crucial, que funciona. Los exfoliantes de barro Terrafeet.
Y detrás del producto útil una persona. Lo que a mí me
importa realmente, porque los productos no se hacen solos.
Hablando con ella veo que a pesar de que ya tiene en su
haber la confianza de empresas grandes, esa proeza no le ha llegado llovida del cielo,
sino que es un logro tras mucho camino recorrido, esfuerzos, sacrificios y
trabajo.
Y detecto en ella un sentido común poco habitual pero muy recomendable, que le hace tener
los pies en la tierra (valga el juego de palabras), un profundo conocimiento de
la realidad, de sus fortalezas y sus debilidades, y lo que más brilla: unas
ganas de mejorar, crecer, aprender y “meterse en charcos” que no es fácil
encontrar en personas con su producto ya bien posicionado. Pero intuyo que es
precisamente esa ilusión, esa humildad, esa naturalidad y cercanía de la
persona detrás del producto, las que han hecho que llegue donde está y, no me
cabe duda, las que van a hacer que siga creciendo y conquistando en cada puerta
que llame. Aprovecho aquí para agradecerle su ágil y encantadora colaboración,
una muestra más de su grandísima profesionalidad.
Hago un inciso y me voy por las ramas, ya que me estoy
distrayendo bastante porque mientras escribo esto disfruto con los oídos y el
rabillo del ojo de esta representación, emitida por la fantástica cadena Mezzo, de
El Lago de los cisnes
por el Ballet Bolshoi. Una delicia. Pero que además no me puede venir más al
pelo con este post. Quién mejor que los bailarines profesionales para apreciar
los beneficios de un buen masaje podal exfoliante…
Gurús del marketing digital, díganme: ¿sería pasarse un
pelín de autoconfianza enlazar este post con las redes sociales del Bolshoi y
otros ballets, no? Creo que no sé exactamente dónde está el límite a la hora de
echarle caradura cuando quiero lograr algo… Voy a buscar cursos de Hardface
Limiting, que fijo que existen… Bueno, vuelvo a la senda y sigo por donde iba.
Todo lo dicho es mi opinión, lo que he intuido al conocer a
Marta y a Terrafeet. Pero lo mejor es que ella misma os explique su historia y
estoy segura de que coincidiréis conmigo.
Es esta una aventura que comenzó de
cero, con mucha ilusión, muchas buenas y originales ideas y la confianza en las
bondades de su producto. Como veréis, Marta reúne muchos de los rasgos que
estamos viendo debe (y suele, o viceversa) reunir un emprendedor: valentía,
multifuncionalidad, capacidad de reinvención, curiosidad, necesidad de
conciliación, capacidad de esfuerzo y trabajo…
“Me llamo Marta Hernández de Azcárate, y tengo 52 años.
Estoy casada y tengo tres hijos. Vivo en Madrid, España.
Estudié la carrera de Filología Inglesa y me licencié
también en Danza Española por el Conservatorio de Madrid. Trabajé durante unos
años dedicándome a lo que había estudiado. Disfruté mucho enseñando pero el
horario que tenía era incompatible con mi labor de madre de la que quería
disfrutar al máximo y dedicarle toda mi energía para educarlos y cuidarlos.
Pasado el tiempo, mi inquietud por realizar nuevos retos, me
llevó a descubrir Terrafeet. Al principio, ni se llamaba así, ni tenía el
aspecto ni la forma actuales. Tras mucho trabajo, ilusión y dedicación llegó a
ser lo que hoy es.
Animada por la buena acogida de la gente y la confirmación
por parte de muchos que lo habían
probado, me lancé a ofrecerlo a diferentes áreas de mercado.
Mi principal objetivo en aquellos años eran los hoteles, y
especialmente la cadena de Paradores donde fue mi primera presentación. La
primera impresión fue muy buena, gustó mucho al equipo de compras, pero no era
un buen momento económico y finalmente no se realizó la operación. Quien sí ha
hecho una apuesta por esta nueva idea es la cadena de Hoteles AC, y estamos a
la espera de que se extienda a nuevas delegaciones.
Otra área de mercado son los herbolarios donde tuve el apoyo
de la Distribuidora Biogran o Granero Integral. Trabajé durante un tiempo con
ellos con pedidos numerosos, pero debido a la falta de una buena publicidad, y
en ese momento, buena presentación, no llegó a alcanzar el nivel de ventas
esperado y los pedidos terminaron.
Durante los últimos años, Terrafeet está presente en todas
las Pop-Up stores con gran éxito de ventas. El contacto directo con el público,
y el feedback que recibo por parte de los usuarios habituales que es excelente,
son las puntas de lanza que me animan a seguir con el proyecto y con el
producto.
En este momento sigo estudiando la manera de hacer
comprender y explicar de forma más clara para qué sirve y cómo se utiliza
Terrafeet. Es muy simple y básico, pero no todo el mundo aprovecha aún bien sus
beneficios.
Introducir un nuevo producto, y más aún de éste tipo, es una
tarea difícil, y siendo una sola persona, sin equipo aún detrás, todavía más;
pero pienso que la perseverancia, la paciencia, el trabajo y la ilusión, harán
que pueda ver la luz al final del camino.
Creo firmemente que es un buen producto y que puede tener más
hueco en el mercado, porque durante más de cinco años así me lo han hecho ver
los clientes, que son los que tienen la última palabra, y sé que los que lo prueban,
lo recomiendan.”
Por algo será, añado yo a este broche de oro que pone Marta
a su relato.
Seguro que estáis ya deseando hacer vuestro pedido. Y
también que os pica la curiosidad por saber cómo fue el primer contacto con la
terracota que hizo a esta ingeniosa mujer darle forma de pomo y crear un
magnífico aliado del bienestar y cuidado de la piel… ¿verdad?
Pues
os emplazo a pedir vuestra entrada
para poder acompañarnos presencialmente en las ya muy próximas II Jornadas Be
Mum and Dad para formación de emprendedores, donde podréis conocer a Marta personalmente y
disfrutar de su sorprendente e inspirador relato sobre los primeros pasos de su
exitoso proyecto de emprendimiento.
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